Volvemos con la Guía para principiantes de ALTFoto, en la que repasamos uno por uno los componentes y conceptos básicos de la fotografía. En la primera entrega les explicamos cuáles son las metas que buscamos con esta serie, y anunciamos que los tres primeros temas que íbamos a tocar estarían relacionados a los tres controles básicos de la cámara: La sensibilidad del sensor, la velocidad de obturación y la apertura del diafragma.

Pues bien, ya aprendimos cómo funciona el sensor de nuestra cámara digital y qué función cumple en el proceso de tomar una foto. Hoy nos toca entender un poco más el sistema de obturación de nuestra cámara. Pongámoslo así: Para controlar la cantidad de luz con la que vamos a ejecutar nuestra foto, primero cambiamos el valor ISO del sensor para determinar qué tan sensible a la luz será, de acuerdo al lugar donde nos encontramos. Pero esto no es suficiente porque el rango entre un valor ISO y otro es muy amplio. Entonces se hace necesario controlar también cuánto tiempo estará expuesto a la luz el sensor. Esa es la función del sistema de obturación.

En las primeras cámaras, los tiempos de exposición eran tan largos que no era necesario un sistema de obturación muy sofisticado. Simplemente se sacaba con la mano la tapa del lente, y luego se colocaba de nuevo. Pero con el avance en la sensibilidad de los soportes, los tiempos se fueron reduciendo, y aparecieron las cortinillas. Estas estaban sujetas a precisos mecanismos que dejaban expuesta la película por fracciones de segundo. En las réflex como la de la foto, al disparar también se acciona un espejo que se levanta para descubrir el sensor. Mientras no se toma la fotografía, ese espejo nos permite ver a través del lente lo que vamos a fotografiar.

Actualmente, las réflex digitales de gama baja alcanzan velocidades de obturación de hasta 1/4000", o 0.00025 segundos, lo que es incluso más de lo necesario para el más soleado de los días. Con una velocidad de 1/250 ya se puede congelar movimiento, y para situaciones de poca luz, en las que ni subir el valor ISO nos basta, debemos aumentar el tiempo de exposición, a 1/100 o 1/80, aunque es posible que se capten movimientos. De todas maneras, es mejor tener la foto "movida" a no tenerla. También debemos tener en cuenta que mientras mayor sea el tiempo de obturación, más posibilidades hay de que se perciba tu propio movimiento, o la vibración que genera la cámara al accionarse. Por suerte, la mayoría de las cámaras (o lentes) incluye ahora sistemas de estabilización de imagen. Ya hablaremos de eso más adelante.

Para aquellos de ustedes que aun no dan en salto a una réflex, las cosas son algo distintas. Las cámaras compactas y las bridge obturan electrónicamente. Esto quiere decir que el sensor no está oculto tras un espejo o unas cortinillas, si no que está siempre descubierto -claro, detrás de la óptica de las cámaras-. Al accionar el disparador, lo que pasa es que el sensor "barre" el área para captar la luz, de la misma manera que lo hace un escáner o una fotocopiadora, lo que a veces causa efectos extraños. Sin embargo, este sistema cumple la misma función: Controlar el tiempo que el sensor está expuesto a la luz.

Al tener un control manual del tiempo de exposición, y practicar con él, es posible aplicar muchas técnicas interesantes. Aquí en ALTFoto ya hemos hablado de varias, como el efecto barrido, el camera tossing o las exposiciones largas.

Esperamos que hayas entendido un poco más sobre tu cámara. Si tienes alguna duda, déjanos un comentario.

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