Internet está plagado de vídeos de gente extraña, sin alma ni corazón que emplea su tiempo en destruir cámaras de los modos más variopintos: a martillazos, quemándolas, desmontándolas...y no penséis que lo hacen con cualquier cámara, algunas cuestan un ojo de la cara y lo peor de todo es que parece que disfrutan del horror de ver consumirse el ansiado objeto de deseo de otros.

Lo que veréis en el vídeo que os traigo dista mucho de ser provocado, es un doloroso y costoso accidente pues no todos los días se deja uno en el trabajo un equipo de unos 8000 euros ni más ni menos: Una Nikon D700 y un (¡atención!) Nikkor 400mm f/2.8G ED VR, sin contar otros costes como grip, tarjetas de memoria, disparador remoto...

El protagonista de tan desafortunado acontecimiento es Mark J. Rebilas, conocido fotógrafo de deportes que colabora frecuentemente con medios como ESPN, Sports Illustrated o USA Today que durante la disputa de una competición Drag vio como uno de los coches chocaba contra el muro en el que tenía anclado el equipo que disparaba remotamente. Os podéis imaginar cual fue el resultado del impacto pero ¿por qué imaginarlo cuando podéis verlo? Os dejo con el vídeo avisando que no es apto para todos aquellos que vivís enamorados de vuestro equipo fotográfico.

Via F Stoppers | Foto: Mark J. Rebilas

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