Tomen asiento y sírvanse una bebida caliente por que llegó el momento del mes en que a nuestro correo cae la noticia bizarra que tanto nos gusta leer, discutir y asombrarnos al mismo tiempo que gritamos "¡No, no puede ser!" La noticia esta vez viene de Australia con un infortunado y distraído fotógrafo: por no capturar el momento del beso en la boda de Jarrad y Sheree Mitchell, George Ferris fue demandado.

Los Mitchells se casaron el 28 de Agosto del 2011 en Belgrave, Australia y el estudio de Ferris, Studio Edge & Multimedia, estuvo a cargo de la fotografía del día. El evento transcurrió sin problemas, la pareja se fue de luna de miel y a la vuelta recibieron las imágenes de su boda. El escándalo comenzó al notar que la fotografía del beso no existía sino que solo había una de unos segundos previos. Habiendo pagado $2210 de adelanto por un servicio de $2600 se rehusaron a pagar los $390 restantes por que la compañía "falló en proveer fotografías artísticas tal como se ven en su sitio web".

Ademas de la faltante foto del beso, la pareja Mitchell anunció que también las imágenes eran borrosas, había sombras causadas por el parasol de la lente y que nunca les habían entregado la caja del álbum de fotos, ademas de algunas impresiones en madera. Por estos daños llevaron a la corte al George Ferris reclamando $6400 para poder rehacer la boda y tomar los retratos faltantes.

Ferris se defendió diciendo que el momento del beso fue demasiado efímero como para capturarlo y que las sombras eran producidas por los rebotes de luz que causaba la decoración del lugar. Pero no se detuvo ahí, sino que también llevo su apelación a la justicia reclamando $5700 en compensación por los $390 no pagados, $4500 por los gastos judiciales y $60 por una comida, suponemos que durante la sesión, que no fue entregada.

La justicia evaluó el caso y determino que efectivamente el momento del beso, en general, es demasiado efímero para fotografiar y por lo tanto el fotógrafo no era culpable. Por otro lado, si tuvo que pagarle a la pareja $710 por no haber provisto el material prometido. La pareja, por su parte, debió abonar los $60 de la comida no entregada.

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