Ayer estuvimos viendo la primera parte de este artículo, sobre cómo configurar y usar la cámara para conseguir el resultado más fiable cuando disparamos en RAW. Es algo que los fabricantes tendrían que cambiar, ofrecer los datos del archivo crudo desde el principio.

  • El equilibrio de blancos neutraliza toda la gama de grises. Aquí no se corrigen los colores, sino sus dominantes. Es importante tenerlo bien ajustado para lograr una exposición perfecta. Por lo tanto, siempre que sea posible, lo mejor es hacer un balance personalizado, tal como viene en los manuales de las cámaras. Esos manuales a los que nunca hacemos caso y dejamos olvidados al fondo del cajón.

Por ejemplo, en la mayoría de las cámaras Canon es muy sencillo hacerlo. Tomamos una foto de una carta blanca orientada hacia la luz y que ocupe, por lo menos, la zona central del visor, con una ISO baja, y una exposición correcta compensada un punto. Luego vamos a los menús, seleccionamos el Balance de blancos personal y damos a SET. Para terminar elegimos el Balance de blancos   personal y listo.

Una de las mejores opciones, como han adelantado algunos lectores, es conseguir anular el equilibrio de blancos como propone Guillermo Luijk, por ser este ajuste uno de los principales culpables de los errores de exposición que cometemos involuntariamente. Como bien dice en su página:

El balance de blancos en su implementación final no es sino una simple multiplicación lineal de los canales RGB del archivo RAW. Es decir, los niveles de algunos de los canales, casi siempre el rojo y el azul, son multiplicados por un factor mayor de 1,0 que los escala con la intención de compensar por un lado las diferentes sensibilidades que tiene nuestro sensor particular, y por otro las diferentes dominantes presentes en la escena y que dependerán del tipo de la misma (luz de día, tungsteno, sombra,...). Por lo tanto el balance de blancos, aunque en último término pueda traducirse de cara al usuario en la consabida e intuitiva pareja Temperatura/Matiz, en la práctica no es sino una sobreexposición de algunos de los canales del archivo RAW por un factor multiplicador.

Lo que propone para anular el balance de blancos es precisamente lo que hemos propuesto, crear un equilibro personalizado pero no sobre una carta blanca, sino sobre una carta  con un color personalizado, dependiendo de la cámara que usemos. El resultado es increíble por la precisión que permite, pero las fotos se verán en la pantalla LCD horribles. Luego, durante el revelado, notaremos sus beneficios.

  • Uno de los problemas que podemos tener a la hora de disparar con nuestra cámara es comprobar que no conseguimos la nitidez buscada. Muy probablemente tendremos un problema de backfocus o frontfocus. ¿Cuál es el problema? Cada conjunto cámara-objetivo puede tener un pequeño desajuste entre la pantalla de enfoque y el sensor. Este problema es muy común, y más habitual de lo que pensamos.

Para solucionarlo tenemos que hacer una sencilla prueba. Colocamos la cámara a 45º sobre un trípode y enfocamos a un  punto en concreto, con el diafragma abierto al máximo, de una regla que tendremos en una mesa al efecto. Si ese punto no está enfocado tenemos un problema. Las soluciones son varias: si tenemos una cámara antigua, no nos queda más remedio que llevarla al servicio técnico junto con el objetivo para calibrarla. O asumir ese defecto y enfocar al punto que hemos descubierto para evitar problemas con ese objetivo en concreto.

Con una cámara de última generación y de alta gama, sólo tenemos que acudir al menú  específico (por ejemplo Ajuste de precisión de Af en Nikon), e ir haciendo pruebas hasta conseguir un enfoque perfecto. Por supuesto es importante confirmar el ajuste, y recordar que es imprescindible hacerlo con cada objetivo.

  • Y por último, aunque no menos importante, es la captura de la imagen, ayudándose siempre del histograma y de la técnica de exponer para las luces, o a la derecha, o "derechear". Esta técnica, popularizada por José María Mellado, se publicó por primera vez en 2003 en Luminous Landscape. La técnica se basa en la forma de recibir la luz que tienen todos los sensores, recogiendo la máxima información en la zona de las altas luces. Como digo en mis cursos:
...al fotógrafo digital le interesa exponer siempre a las luces, intentar que el histograma quede lo más pegado posible a la derecha, pues así reúne toda la información en la zona de luces y evita el ruido digital, que se concentra más en la zona de sombras. ¿Cómo? Midiendo siempre en la zona de altas luces y abriendo dos puntos la compensación de exposición. Tan complicado y tan fácil.

Todas estas historias sólo tienen sentido si disparamos en formato RAW, y queremos conseguir la mayor calidad posible. Y no es fácil hacerlo bien desde el principio. Lo mejor es hacer buenas fotos y después, poco a poco, ir afinando la técnica.

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