Todos hemos visto las espectaculares fotografías de interiores en las revistas de decoración, donde todo está perfecto, desde la distribución de los espacios, hasta las luces. Trasmiten unas enormes ganas de vivir ahí. La misión de este tipo de fotografía es hacer atrayente el entorno que inmortaliza. Luego miramos nuestras casas y nos preguntamos por qué vivimos ahí. Con las técnicas que vamos a ver aquí, vamos a conseguir una casa de portada.

Pasos previos

  • No debemos ir con prisas y nunca debemos pensar que lo que hacemos es para nosotros y que con hacerlo en un momento basta. Hay que disparar con calma.
  • Por lo tanto, este tipo de fotografía es incompatible con llevar la cámara en la mano. Puede que no seamos profesionales, pero seguro que nos gustan las cosas bien hechas. El trípode, el cable disparador o en su defecto el autodisparador de la cámara, y un buen nivel. El secreto de este tipo de fotografía está en no dejar caer las líneas. Y la única manera de conseguirlo es tener los extras que indico.
  • El punto de vista más apropiado es a la altura del estómago de cada uno. Ahí la cámara puede dar mayor protagonismo a los muebles y dar mayor sensación de amplitud. Raras veces se coloca la cámara a la altura de los ojos. Es muy importante situar correctamente la cámara para que todo esté equilibrado.
  • No hace falta tener una cámara de formato medio o de placas. Con un buen equipo digital, y sobre todo, con unas buenas ópticas, se consiguen resultados profesionales. En caso de tener mucho trabajo, puede ser interesante comprar objetivos descentrables. Pero con un buen angular, un 50 mm (o equivalente) y un macro para los detalles se pueden hacer grandes trabajos.
  • Para iluminar la escena, conviene aprovechar la luz natural. Contar con pequeños complementos como un flash de mano y un espejo nos ayudará a darle un toque distinto a las imágenes.
  • Lo más complicado es conseguir un buen balance de blancos. Las iluminaciones presentes en la escena tienen distintas temperaturas y puede dar lugar a las temidas dominantes cruzadas. El uso de filtros, una carta de grises y una adecuada medición nos ayudará. Pero también es verdad que las dominantes dan carácter a una estancia, por lo que muchas veces puede no ser necesario eliminarlas.
  • La medición de la luz es otra complicación, suavizada gracias a la presencia del histograma. Hay que hacer una medición general, valorando que queremos dejar en la sombra o más oscuro. Tenemos que olvidarnos de las luces encendidas que se queman en el resultado final.

Deberíamos trabajar con pequeños diafragmas para obtener la mayor profundidad de campo. Si trabajamos en digital deberíamos evitar trabajar con aberturas más pequeñas que f11, para evitar problemas ópticos.

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