Charlie Clift, a quien podemos conocer en la foto de arriba, es un joven fotógrafo londinense que antes de convertirse en fotógrafo profesional se graduó como psicólogo. Y aunque este dato parecería ser banal y nada relacionado con el hecho de poder o no sacar buenas fotografías, en una excelente entrevista otorgada al medio inglés Spectator nos aporta una muy buena explicación sobre la importancia de tener interés en la gente, de desear conocerla, para obtener los mejores resultados a la hora de fotografiarlos.

Muchos aficionados a la fotografía hemos experimentado la frustración que supone querer una foto espontánea e inmediatamente notar la rigidez o impostura del otro. Aun cuando muchos de nosotros seamos el típico individuo que jamás pierde oportunidad por registrar en imágenes aquello que nos llama la atención, y a pesar de que nuestros familiares y amigos puedan ya tomar la cámara como una extensión de nuestro cuerpo, basta con que nos dispongamos a disparar para que en seguida se adquieran poses, se borren sonrisas naturales o se interpongan manos entre el objetivo y el modelo.

No es que haya hecho fotografía porque estudié psicología. Terminé haciendo ambas porque encuentro a la gente fascinante. Luego de una toma, siento que conozco a alguien mucho más de lo que debería!. En ese sentido es algo bastante manipulador. Tienes que hacer sentir cómoda a la gente al principio, pero luego insitarlos. Siéntate cerca, hazle preguntas.

La clave parecería entonces poder "manipular" al otro en forma no invasiva, forzar la situación pero sin la cabal advertencia de quien deseamos retratar. Así es como Clift acabó con un proyecto entre manos, casi un experimento, que bien vale la pena conocer. Con Silent él se propuso ver qué ocurría si en vez de hablar todo el tiempo con la gente cuando ingresaba a su estudio quedaba total y completamente callado, sin indicaciones, sin preguntas, nada. Los resultados terminaron siendo muy satisfactorios desde que cada persona reaccionaba de maneras diferentes a la frialdad del momento. Algo que dejó registrado en su blog y su cuenta de Flicr.

Sobre si realmente la psicología ayuda al momento de conectar con la gente y, por ende, generar los mejores resultados fotográficos, Clift apura a explicar que si eres una persona incapaz de interactuar con la gente pues seras un fotógrafo aburrido. Según Clift la psicología es diferente a como muchos se la imaginan, con gente recostada sobre divanes abriendo fácilmente su mundo interior. Es una ciencia y como tal está netamente centrada en el aspecto cerebral y conductivo de las personas. Sin embargo la vuelta de tuerca que este fotógrafo le ha dado a la cosa es significativa:

La mayoría de la gente piensa que la psicología es estudiar cómo se comporta la gente, y algo de eso hay. En ese sentido, es importante para la fotografía. Hay un arte en ello, así como el aspecto científico y técnico de las lentes y velocidades de obturación. También, cada toma es diferente, y supongo que mi acercamiento a ella es como acercarme a un experimento científico psicológico.

Clift rescata que, a pesar de los experimentos y los silencios con los que ha jugado, lo principal es crear un ambiente distendido, sacar al sujeto de la extrañeza de ser fotografiado o de que se pretende algo específico de él, todo lo cual supone una gran preparación y predisposición por parte del fotógrafo que ciertamente debe conocer de antemano a la gente, lo que le gusta o disgusta, hacer las preguntas correctas.

A continuación les dejo algunas imágenes de Silent pero les recomiendo que además visiten sus sitios, sobre todo el estudio que tiene hecho en relación a las manos es de una belleza conceptual impresionante.

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