Un retrato puede ser un momento íntimo entre el fotógrafo y el modelo, un instante cotidiano capturado por la cámara, pero en general consideramos al retrato como una fotografía técnicamente poco elaborada donde los elementos más allá del personaje de nuestra foto se dejan más o menos al azar. En fin, esto son los retratos naturales.

Hay otros retratos en cambio que son completamente construidos a partir de una idea, y aunque el modelo ade la foto sigue siendo el centro de la figura, el trabajo realizado para situarlo en un contexto es mucho mayor. Se podrían decir que se tratan de retratos artificiales.

Este es el caso de las fotografías de Ryan Schude en las que zambulle a los personajes que va a retratar en medio de un marco narrativo conceptual completo. Un universo de color, pero también que cuenta o insinua una historia para que el público la intente descubrir. Hay algo de humor en este relato, pero también de surrealismo pop.

Sus personajes, porque lo son mucho más que sólo modelos o protagonistas, parecen sacados de una historia y capturados en un instante íntimo. Pero eso mismo hace que muchas de sus expresiones sean de confusión o de extrañeza como si tuvieran la mente en otra parte, como si estuvieran esperando que pase la foto para poder continuar con su historia.

Lo que es seguro, es que todos los involucrados en estas fotografías la pasaron muy bien haciéndolas

Via: Benhance

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