El informe "Contra la hipertextualización", entregado ayer al gobierno francés por Chantal Jouanno podría acabar con imágenes de menores en el mundo de la moda mucho antes de lo esperado. La polémica la desataron unas imágenes publicadas en la revista Vogue en el número de diciembre-enero de este año en las que tres niñas de 7 años llamadas Thylane, Lea y Prune protagonizaron un editorial en el que aparecían con maquillaje y vestidos de conocidos diseñadores.

La noticia provocó en su momento la dimisión de la redactora jefe Carine Roitfeld, dio lugar a numerosos debates en el país galo y tendrá un peso determinante en las próximas legislativas. Durante la Fashion Week parisina no se ha hablado de otra cosa, ya que el informe propone medidas tan polémicas como la prohibición de utilizar modelos menores de 16 años para publicidad de marcas, acabar con los concursos de belleza para menores y hacer obligatorio el uso del uniforme.

Todos estos acontecimientos van más allá de las fronteras éticas, ya que estamos hablando de un negocio. Lo que se pretende evitar es que muchas niñas se conviertan en adultas antes de tiempo, llevando maquillajes o ropas poco adecuadas para su edad. Sin embargo, el mercado se había centrado en los últimos años en la fabricación de productos para estas jóvenes consumidoras, y los fotógrafos podían haber encontrado ahí una nueva mina de oro. Sin duda estas nuevas medidas, de llevarse a cabo, afectarán al trabajo de los profesionales. ¿Qué debería primar en este caso: la ética o la estética? Esperamos impacientes vuestros comentarios.

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