La fotografía no sólo busca mostrar la belleza, también puede revelar los aspectos más oscuros de la sociedad. Ese era el objetivo del fotógrafo australiano Brian Cassey cuando subió a un avión en dirección de Hong Kong en busca de un proyecto que hiciera la diferencia, sacando una situación a la luz.
Allí descubrió que gente con serios problemas económicos vivían en diminutas jaulas en medio de los más caros edificios y comercios. Verdaderas jaulas para animales, o hogares ataúd, estos minúsculos recintos servían de refugio a aquellos miembros de la sociedad que habían caído entre las rajaduras de una de las potencias económicas del momento. Empresarios que habían entrado en la bancarrota, emprendedores fracasados y otros miembros de esta sociedad de negocios y consumo. A pesar del reducido espacio las jaulas no son baratas y el alquiler cuesta entre 150 a 200 dólares americanos, pero es mejor que vivir en la calle.
A Brian Cassey no le resultó fácil dar con este lugar y mucho menos hablar con sus habitantes. Viven muy bien escondidos en una zona de alta densidad y edificios muy caros. Estas casas jaula se encuentran escondidas detrás de puertas bien cerradas, hacinados sin intimidad ni higiene, viviendo su vida al margen de la sociedad. En estos departamentos 18 personas viven en 60 metros cuadrados.
El fotógrafo cuenta que sólo contó con un par de horas para realizar estas fotografías, así que en lugar de intentar acercarse a los residentes, intentó esconderse entre las sombras, fotografiando desde el anonimato, tarea difícil en aquellos espacios reducidos y estrechos.
CNN sacó el año pasado un artículo sobre el tema más un vídeo que muestra la dura vida de sus habitantes. Se trata de una realidad difícil de imaginar pero el fotógrafo nos la acerca cruda y reveladora.
Cassey comenta que a pesar de las terribles circunstancias en que viven: “Los residentes de estos hogares actúan con dignidad y gracia increíble".