No es ninguna mentira eso de que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, tenemos malos hábitos y manías que pueden influir negativamente en el resultado de nuestras imágenes. Fotógrafos de todas las edades y niveles cometen una y otra vez los mismos errores sin caer en que hay una serie de pasos muy sencillos que conviene seguir para que las cosas salgan bien. Si los seguimos podremos mejorar nuestra técnica y no llevarnos algún que otro susto:

  1. Si eres un fotógrafo amateur y estás pensando en cambiar una compacta por una cámara réflex es muy importante que sepas que un buen cuerpo no lo hace todo, que demos tener en cuenta nuestras posibilidades económicas y las posibilidades de la lente que vamos a adquirir. Ser conscientes de esto nos evitará pérdidas económicas y mejorará también los resultados. Por ejemplo, es mejor hacerse con una 550D y una buena lente (la que nos permita nuestro bolsillo) que una 60D o 7D con un 18-55mm.

  2. Comprueba siempre tu equipo antes de salir de casa o de tu estudio. Sí, es una obviedad, pero hace falta decirlo. Es como cuando sabemos que nuestro ordenador nos está dando problemas con un proyecto y aún así olvidamos guardar y perdemos información. Las tarjetas de memoria, baterías, flashes o filtros deben ser comprobadas. Si contáis con mucho material en vuestro equipo lo recomendable es que tengáis una lista con todos los componentes, y cada vez que vayáis a salir la repaséis y elijáis los materiales que necesitéis, así no se os olvidará ninguno.

  3. Nunca te vayas de casa o del estudio sin haber comprobado la memoria y la batería de la cámara. Es ideal contar con varias tarjetas de memoria y una batería de repuesto, pero si esto no puede ser compruébales siempre.

  4. Es fundamental revistar los ajustes de la cámara antes de tomar las fotografías. El balance de blancos es una de las cosas que más nos olvidamos de comprobar. Otras veces, la manipulación o algún movimiento en la bolsa puede hacer que se cambien algunos ajustes.

  5. Tomar fotografías es un arte, el retoque es posterior y no debe ser la parte más importante. Ya sé que el modo RAW se ha convertido en la excusa perfecta para poder hacer una fotografía con algunos fallos sabiendo que luego un programa de edición mejorará la toma. Es importante preocuparnos por la fotografía que estamos tomando en el momento de hacerla: ganaremos tiempo y probablemente calidad en nuestras imágenes. Es mucho más divertido estar ahí fuera con la cámara que pasar horas frente al ordenador editando nuestro material. Hay cosas que siempre se pueden mejorar, pero debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que la toma tenga que ser retocada los menos posible.

  6. Olvídate del modo automático. Automático no equivale a una mayor calidad sino a una mayor comodidad. Un consejo que a mí me ha sido muy útil: si estáis de viaje probablemente os encontréis con situaciones que no van a repetirse y no tenéis mucho tiempo para ajustar los valores, así que es mejor llevarla en modo automático por una cuestión de rapidez. Eso sí, si aquello que estoy fotografiando se mantiene donde yo quiero nunca dudo en cambiar a modo manual y hacer la fotografía como yo quiero. De este modo, las fotos son mucho mejores porque nosotros elegimos qué es lo importante en cada una de ellas.

  7. No tengas miedo de fotografiar acercándote todo lo posible: estar cerca nos permitirá saber si la composición es la que queremos y tener una mayor variedad de encuadres.

Fotos: Ashevillain

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