Venimos siguiendo de cerca el escándalo que está rodeando a Olympus desde hace meses. En un interesante giro de eventos, nos enteramos gracias a Reuters que la compañía podría salvarse gracias a una inversión millonaria a cargo de TPG, siempre y cuando otras compañías también estén dispuestas a ayudar. La compañía de capitales envió un comunicado a empresas como Sony, Canon y Fujifilm para informarles acerca de su interés de invertir mil mil millones de dólares en la compañía nipona, en un trato conjunto junto a alguna de ellas.
Estas compañías estarán ciertamente interesadas en el negocio de diagnóstico por imágenes de Olympus. Empresas como Sony y Canon están buscando dar el gran paso en fotografía medicinal, mientras que Fujifilm recién está incursionando. Sin embargo, no tienen la presencia que tiene Olympus, y este podría ser el "agujero" a través del cual la compañía podría salvarse. Lo que hizo TPG fue "tentar" a estos titanes para que alguno de ellos soltara la billetera, con tal de quedarse con un trozo del pastel.
¿En qué entra a jugar TPG, exactamente? Lo que haría sería ofrecer, por supuesto, parte del capital necesario, pero además, le daría su experiencia en management de compañías en situaciones difíciles, en reestructuración y, como no podía ser de otra manera, en el campo de la salud. TPG se haría parte de las secciones de la compañía que el otro inversor estratégico rechazara. Una oferta difícil de rechazar, pero habrá que ver si grandes empresas como Sony o Canon terminan mordiendo el anzuelo.
Los equipos médicos simbolizan alrededor del 20 por ciento del margen de ganancias de Olympus, y ese sería el atractivo principal de las empresas que quieran participar. Eventualmente, la firma participante tendría que terminar de comprar el 100 por ciento de todo el fondo cuando termine el acuerdo.
Recordemos que el escándalo en Olympus se desató cuando Michael Woodford, el entonces consejero delegado, denunció unos gastos sospechosos que luego se transformaron en una acusación de fraude. Hoy en día, el presidente de la entidad nipona renunció y fueron allanadas las oficinas en búsqueda de documentación comprometedora, entre otras cosas.