La fotografía digital ha hecho que las impresiones y los álbumes de fotos queden atrás para siempre. Aunque de vez en cuando nos topamos con algún clásico que hace una selección de sus mejores fotografías para llevarlas a imprimir todos sabemos que no es lo habitual. Las redes sociales también han acabado con las buenas costumbres y ya no quedamos con nuestros amigos para una sesión de visionado de fotos interminable antes de volver de viaje, es más: probablemente ellos ya lo sepan todo sobre los lugares en los que hemos estado y ya hayan visto nuestras mejores fotografías y dado su aprobación con un “me gusta”.

Sin embargo, queridos lectores, no me cabe duda de que muchos de vosotros tenéis verdaderas maravillas entre vuestras colecciones que no se merecen estar aparcadas en un disco duro. Así que, una buena forma de no olvidarnos de buenos momentos e impactantes lugares es hacer de nuestra casa un lienzo que podemos decorar con nuestras mejores fotografías.

Las series

Visualmente queda genial imprimir nuestras fotografías en series. Por ejemplo, podemos elegir un tema y hacer una serie de fotografías relacionadas con él. Yo llevo un par de años haciendo una colección de fotografías de bicicletas de todos los tamaños, colores y países y cuando tenga suficientes decorarán una pared. Otra opción es tomar fotografías distintas de un único lugar, jugando con el encuadre, la cercanía y la lejanía o con fotografías panorámicas.

Si tenemos una serie es mejor que elijamos un número impar de fotografías para que no quede muy medido o cuadriculado.

Si tenéis dudas sobre las que os gustaría tener en papel podéis crear una carpeta en cualquier red social y hacer un concurso, pidiendo a vuestros amigos que voten sus favoritas.

Los marcos

Si no sois unos manitas lo normal es que os hagáis con unos marcos que os gusten, pero si preferís experimentar hay cientos de posibilidades. Una buena idea es comprar marcos malos de madera y lijarlos para luego pintarlos y barnizarlos con nuestros colores favoritos o complementarios con las fotografías que hemos seleccionado.

Si no sois muy amigos de los marcos también podéis colocar detrás de cada fotografía una fina tabla de madera con un clavo, al menos así evitaréis que la humedad acabe doblando el papel fotográfico. Otra opción que queda muy bonita es colocar una cuerda ligeramente combada y llenarla de pinzas de tender la ropa, en cada pinza colgaremos una de nuestras fotografías. Es conveniente dejar mucho espacio entre ellas para que la cuerda no quede muy recargada y alternar las fotografías con entradas de conciertos u otros papeles para que no quede muy monótono.

No olvides asegurarte de que el tamaño de los marcos coincide con el de tu fotografía.

¿Dónde colocarlas?

Seguro que en casa tenéis un rincón del que disponer donde llamarán mucho la atención. Por ejemplo, si contamos con una pared blanca entera podemos poner marcos y fotografías de distintos tamaños con orientación horizontal y vertical; si hacéis esto procurad que los tonos no sean muy oscuros, porque entonces dará sensación de agobio.

En la pared de la escalera, encima de una cómoda o mueble bajo que vaya pegado a la pared también llamarán la atención y darán vida a lugares que por lo general tenemos abandonados.

¿Alguno de vosotros ya ha hecho algo parecido? Compártelo con todos nosotros. Y al resto, ánimo y a dar salida a esas obras de arte que tenemos abandonadas.

Fotos: Ricardo Negrete/ Palindrome/ Jasohill

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