Venimos siguiendo de cerca los problemas que tiene Olympus desde que fueron reveladas algunas sospechas de fraude. Aunque en términos de cámaras, la compañía nipona acaba de sacar al mercado un nuevo Micro Cuatro Tercios, en términos de negocios Olympus experimentó otro tropezón, con la llegada de decenas de investigadores a sus oficinas principales y a las casas de los directivos sospechosos. Estas propiedades fueron allanadas para encontrar evidencias del fraude que, según indica la evidencia, la empresa viene llevando adelante desde principios de los ’90.
Los investigadores se concentraron en varias locaciones, entre las cuales se encuentran tres compañías subsidiarias de Olympus. Fueron examinados para encontrar evidencia unos 20 edificios, para probar que, efectivamente, los directivos de Olympus cometieron un fraude de unos 1,7 mil millones de dólares. Este escándalo, que le costó el trabajo al ex consejero delegado Michael Woodford, podría también poner en peligro la supervivencia de la compañía.
También fue allanado el lujoso condominio en donde vive un ex presidente de la compañía, y los investigadores no repararon en esfuerzos al echar manos también a la sede principal de Olympus. Estos allanamientos forman parte de una avanzada en conjunto de los fiscales de Tokyo, la policía, y reguladores financieros que buscan encontrar la verdad detrás del escándalo de Olympus.
La semana pasada, los de Olympus presentaron sus balances corregidos a la Bolsa de Tokyo, que amenazó con eliminarlos de su lista si no lo hacían. Aunque lograron permanecer, también develaron un vergonzoso y diminuto balance, en comparación con otros que presentaron anteriormente pero que ahora parecen estar falsificados. Por su parte, la junta de directores de Olympus también ha amenazado con renunciar.
El escándalo avanza, y la trama se complica. Lo que originariamente se estimó como un simple despido, ahora podría significar en el fin de Olympus. Veremos si logran superar este revés de una manera, por supuesto, legal.