Siento que estoy siendo bastante insistente con el tema de los fotógrafos corresponsales de guerra, pero todos los días nos vamos enterando de una noticia diferente sobre historias que nos inspiran. En esta oportunidad, es el caso de Joao Silva, un fotógrafo que el año pasado perdió sus dos piernas durante la explosión de una mina terrestre en Afganistán. Lo más impresionante de todo es que Silva continuó tomando fotografías mientras era arrastrado lejos del lugar de los hechos, y ahora está de regreso para debatir el estado del fotoperiodismo actual.

En octubre del año pasado, Silva pisó accidentalmente una mina terrestre mientras realizaba su trabajo como corresponsal de guerra. Según sus propias palabras:

Había sido una experiencia maravillosa. No hubiera elegido pasar por ella, pero lo hice. Sucedió. Salió mi número, supongo. Desde el momento en que me paré sobre esa mina, esa mañana del 23 de octubre de 2010, fui muy pragmático sobre ello. Tantas personas habían muerto alrededor mío -amigos que murieron a mis pies, sin exagerar- que cuando me pasó a mí, me dije: está bien, salió mi número. Es hora de seguir adelante".

Y eso fue lo que hizo. El incidente le costó sus dos piernas. Silva sabía que estaba malherido, probablemente debido a los paramédicos que se movían a su alrededor, pero su primer instinto fue tomar una cámara y comenzar a disparar. Silva cuenta que se sentía más vivo que nunca, y que tomar fotografías era la cosa más natural del mundo para hacer en ese momento.

La experiencia le sirvió a Silva para reflexionar sobre el estado actual de su profesión. Los fotoperiodistas son los más vapuleados por la guerra, dado que en su intento de informar muchas veces terminan lastimados y, lamentablemente, decenas de ellos pierden sus vidas cada año. Según Silva este año fue particularmente duro para la profesión, y también habló de la situación en Libia, que se ha llevado la vida de varios fotógrafos, no sólo internacionales sino también locales.

Sin embargo, la perspectiva de Silva sobre las cosas es alentadora y un verdadero ejemplo de inspiración. Los dejamos con una de sus reflexiones finales, que nos pueden servir para pensar la fotografía de otra manera:

Soy un historiador con una cámara, y espero que mis fotos sean el medio para capturar la historia, o contar una historia, o que resalten el sufrimiento de alguien más. Eso es lo que seguiré haciendo, y es la razón por la que quiero seguir haciéndolo.

Foto: Joao Silva para The New York Times

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