La fotografía de guerra ha sido siempre un género importante tanto para el periodismo como para la propia fotografía. Muchos fotógrafos participaron en las guerras más importantes del mundo, revelando el sufrimiento, la destrucción y la vida de los soldados. Muchos fotógrafos murieron en batalla y muchos otros dejaron la cámara a un lado para ayudar.

Pero por más talentosos que sean los fotógrafos su experiencia en la guerra está limitada al tiempo que pasan en el frente y al acceso que tienen a la verdadera experiencia. En esta situación es refrescante observar otro punto de vista de esas mismas escenas, la mirada del soldado. Aquel que se encuentra de manera cotidiana en la guerra y su experiencia en batalla es imposible de ser imaginada.

Soldados fotógrafos de la II Guerra Mundial

A principios de este año se presentó una exposición y un libro que colecciona unas 500 fotografías de soldados de la Wehrmacht (nombre del ejército alemán de esa época). La curadora de la exposición la Dra. Petra Bopp buscaba los motivos o lugares que fotografiaban estos soldados. Es una forma de ver la guerra desde su punto de vista.

En los años durante la Segunda Guerra Mundial, el aparato fotográfico empieza a ser un instrumento mucho más accesible a la que los soldados pueden tener acceso. En guerras anteriores sólo fotógrafos más experimentados podían llevar el equipo necesario para sacar fotografías, pero en esta una máquina y un negativo era el único material necesario para mostrar lo que era la guerra. A pesar de esto sólo 10% de los alemanes tenía una cámara fotográfica, pero por como esta fue utilizada como instrumento de propaganda, los soldados recibieron la orden de llevar consigo su cámara y enviarles las fotos a sus familias.

Las fotografías muestran situaciones de todos los frentes de batalla, desde Noruega hasta África del norte, y en las imágenes se pueden encontrar algunos de los horrores de la guerra: Monumentos destruidos, poblaciones desplazadas, civiles usados como carne de cañón, el soldado como conquistador victorioso, pero también escenas privadas de la guerra, comentarios mudos de su experiencia.

Via: La maja Descalza

Soldados fotógrafos de la Guerra de Irak

Cuando la guerra de Irak comenzó no existía Facebook y el iPhone no había sido inventado aun. Hoy en día estamos con la cuarta versión del iPhone y tanto este como la mayor parte de los teléfonos inteligentes poseen cámaras de buena calidad con acceso a Facebook. En cambio la guerra de Irak continua con soldados viviendo aun sus vidas cotidianas en el frente y de regreso a su hogar.

Aunque muchos fotógrafos y periodistas visitaron el frente, los que de verdad conocen lo que ocurre allí son estos soldados que cargados con cámaras en sus bolsillos recorren pueblos y aldeas siguiendo las órdenes que les llegan desde el otro lado del océano.

Las primeras fotografías que causaron revuelo internacional fueron las de las torturas de Abu Ghraib. Aquí nos enfrentábamos a una guerra diferente a la que las fotografías oficiales revelaban.

De las declaraciones del juicio hay una cita interesante:

Los soldados … sacan fotos como locos … Sacan fotos porque están aburridos o porque quieren recuerdos. Toman fotos a gente que arrestan, de soldados que matan, de cuerpos que profanan. Las envían a casa por email, las envían a sitios web, o las editan jutas añadiendo sonido para realizar un video conmemorativo.

Las fotografías de estos soldados muestran el otro lado de la guerra. Menos glamorosa, menos limpia y por eso mismo más real.

El fotógrafo Jim Lommasson reunió una muestra de 1500 fotografías tomadas por soldados Estadounidenses que combatieron en Iraq. Estas son las fotografías personales de soldados junto a entrevistas a estos mismos hablando de la guerra. La exposición: “Exit Wounds: Life After War Soldier's Stories” habla de su experiencia tanto en el frente como a su regreso de la guerra y lo que significa aquella experiencia.

Via: Rebelion

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