Retratar a alguien tiene algo de eso que muchas culturas indígenas pensaban: el retrato captura un fragmento del alma del retratado. Un buen retrato no sólo nos muestra el rostro, las cualidades físicas de una persona sino también sus cualidades intelectuales y psicológicas. Es un instante capturado pero que contiene muchos momentos y muchos espacios para navegar. Y al mismo tiempo una fotografía siempre nos quedará corta para mostrar cómo es una persona, la infinitud de una personalidad. El buen fotógrafo será el que nos permita asombrarnos de lo que vemos, de adivinar más allá de lo que está presente en la imagen y al final siempre dejarnos con una pregunta, con una duda que la imagen no resuelve.

La fotografía de alguien famoso, de alguien muchas veces retratado, tiene la dificultad añadida de que navegamos en contra de imágenes e iconos. Imágenes tan potentes que logran devorarse a la persona (miren la famosa fotografía del Che. Sirve mucho observar estas fotografías, analizar cómo el fotógrafo de aquel retrato icónico logró plasmar una personalidad en una imagen. Sentir cómo gracias a un buen retrato conocemos un poco mejor a la persona que oculta detrás. Los fotógrafos de personajes célebres tienen que enfrentarse al reto de un nuevo camino para alejarse del icono y regresar a la persona.

Un retrato fotográfico es quizás entre las habilidades fotográficas más difíciles de conseguir y al mismo tiempo existen excelentes retratos frutos del azar, la casualidad o la suerte. No hay reglas para conseguir un buen retrato, no hay fórmulas fijas y puede ser una de las actividades más frustrantes o enriquecedoras que existen en la profesión.

Aquí algunos consejos para realizar retratos.

  • Conocer a la persona a retratar: Salvo que se trate de un retrato callejero es importante hablar con el personaje retratado. Intentar conectar con él, entenderlo, crear una complicidad.
  • Dejar la cámara: Igual que el paso anterior, en esta fotografía es importante la relación del retratado con el fotógrafo. La cámara puede enterar después, pero no puede tomar el centro de atención.
  • Saber callar: El personaje retratado puede tener algo que decir, o quizás quiera guardar silencio. Permitirle expresarse.
  • Retar: El fotógrafo tiene que tomar una parte activa en el retrato. Puede dar órdenes, puede seducir, puede incluso atacar, pero es su trabajo descubrir dónde se encuentra la persona al otro lado de la cámara.
  • Usar el espacio: sin importar si es su taller, estudio o la calle, la personalidad del retratado también está presente en su entorno.
  • Usar la cámara: La cámara no es sólo un lente. No olvidar los ángulos, los acercamientos, los juegos de luz. Dejar que la cámara también interprete cómo ve al retratado.
  • Olvidar todos los consejos: El buen fotógrafo sabrá olvidar todos los consejos y seguir sus instintos al momento de tratar a otra persona.

via: 100+ Portraits of Iconic People of All Time

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