Li Zhensheng nace el 22 de septiembre de 1940 en Dalian, en la provincia de Liaoning, en el nordeste de China. Tiene tres años cuando fallece su madre. Su hermanastro mayor, que se ha unido a las filas del ejército de Mao, muere en combate en 1949, a los diecisiete años de edad, un mes antes del final de la guerra civil. Su padre, cocinero en un barco de vapor, se convierte en granjero, y Li trabaja en el campo a su lado hasta los dieciséis años.

Aunque escolarizado bastante tarde, destaca rápidamente como uno de los mejores de su clase y gracias a su obstinación consigue entrar en la escuela de cine de Changchun, en la provincia de Jilin. Cuando ésta es reconvertida al papel más útil socialmente de escuela de fotoperiodismo, las protestas de Li le desplazan hacia el nordeste del país, a la provincia de Heilongjiang, para fotografiar documentos científicos. Es también su firme voluntad lo que le permite conseguir por sus propios méritos un puesto de fotógrafo en el Diario de Heilongjiang de Harbin en 1963. El Movimiento de Educación Socialista le envía de nuevo a zonas rurales para el contacto con los campesinos y el estudio del pensamiento de Mao, durante dos años.

A su regreso a Harbin, en primavera de 1966, la Gran Revolución Cultural Proletaria está a punto de estallar. Probablemente, la falta de películas, los Guardias Rojos, que pronto fueron amenazadores, y las presiones políticas que prohibían las imágenes negativas le incitaron, por prudencia, a no ser más que un banal propagandista. Pero la realidad será otra. Su perspicacia le permite ver enseguida lo ventajoso que puede ser para él un brazalete de prensa, y funda su propio grupo rebelde en el seno del periódico. En el apogeo de la Revolución Cultural, es objeto, igual que muchas de las personas que ha fotografiado, de la crítica pública de sus colegas y rivales, y una vez más vuelve al campo en septiembre de 1969, esta vez para una reeducación en la Escuela de Mandos 7 de Mayo de Liuhe, donde pasará dos años realizando los trabajos más penosos. Su esposa, Zu Yingxia, que también trabaja en el periódico, corre la misma suerte.

Desde muy pronto, Li decidió prudentemente esconder sus negativos políticamente negativos debajo del suelo de su apartamento, donde quedaron a buen recaudo durante largo tiempo, hasta mucho después de que Li volviera al servicio fotográfico del Diario de Heilongjiang, que pasa a dirigir en 1972. Diez años después se traslada con su familia a Beijing, donde se dedicará a la docencia en el Departamento de Periodismo del Instituto Internacional de Ciencias Políticas de la Universidad, hasta su jubilación en 1996. Actualmente vive entre Beijing y Nueva York.

Treinta mil sobres de papel marrón escondidos bajo el suelo de un piso a lo largo de 35 años, atados con gomas elásticas y ordenados según la época, el lugar y el tipo de película. Cada uno de ellos ocultaba un negativo dentro de una bolsita de papel. En cada sobre, con delicada caligrafía china, aparecía una explicación detallada con nombres de personas, títulos oficiales, comunas, comarcas y acontecimientos específicos.

Sobre su experiencia personal de la Revolución Cultural Li Zhensheng ha hecho pocos comentarios y sintetizó su opinión diciendo:

Fue un desastre humano como otros desastres que azotaron la humanidad a lo largo de la historia. Pero como dice un proverbio chino “todo lo malo puede convertirse en bueno”.

Vía: Wikipedia, La Caixa | Fotos: TheRealMurphy

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