Si “el que entiende de ordenadores” es aquel a quien toda la familia y amigos más cercanos recurren para formatear su disco duro, nosotros los aficionados a la fotografía somos los buscados cuando una boda o una comunión aparecen marcada en el calendario. Tenemos que asumirlo y si no somos capaces de decir que no al compromiso, al menos tenemos que intentar hacerlo bien. Supongamos que unos amigos nos piden hacer de fotógrafo en su boda. ¿Cómo lo hacemos? Vamos a verlo.

Lo ideal sería contar con dos cuerpos y montar dos objetivos luminosos y de focales distintas en cada uno de ellos pero vamos a poner los pies en el suelo, somos modestos aficionados y solo tenemos una cámara. Previamente a tan señalado día deberíamos echar un ojo al lugar donde vamos a tomar las fotografías para mirar posibles encuadres y controlar la luz a la hora a la que se tomaran las mismas. Llevaremos la batería o baterías bien cargadas y varias tarjetas de memoria porque se ha de disparar mucho, tampoco consiste en disparar por hacerlo pero mientras más fotografías tengamos mejor podrá ser la selección final.

Vamos a olvidarnos de los típicos posados, son demasiado artificiales y las parejas no son modelos profesionales. Centrémonos en los detalles, ésta es la palabra clave del artículo, detalles. Fotografía los zapatos de la novia mientras esperan encima de la cama, el traje colgado de la percha, los anillos, al novio afeitándose, a la novia mientras se pinta…los momentos son muchos y muy variados. Usa un objetivo lo más luminoso posible, que se acerque a f1.4 por ejemplo porque podrás disparar en interiores sin usar el flash y sin tener que abusar de un ISO alto, además te permitirá conseguir bonitos desenfoques que enfaticen los rostros de la pareja en los retratos. Un zoom 24-70 mm cubriría unas focales muy interesantes para nuestro propósito pero un 50 mm o un 85 mm luminosos serían la mejor opción.

Los novios son los protagonistas, sí, pero no nos olvidemos de los invitados y sus gestos. Lágrimas, risas nerviosas, miradas cómplices…los niños pequeños con sus juegos y su curiosidad también pueden ofrecernos grandes imágenes. En definitiva lo que os sugiero es que os acerquéis lo máximo posible a lo que ahora mejor se vende en la fotografía de bodas, el fotoperiodismo de boda, un estilo comprometido con los detalles y con imágenes cargadas de intimidad y espontaneidad, piensa que eres un periodista cubriendo un evento, hay que cambiar el chip de la fotografía clásica y caduca del posado en el césped y frente a fondos de tela.

Recomendar una configuración idónea de los parámetros sería un poco complicado porque va a variar en función de la luz del día y del objetivo que tengamos montado. Lo que sí puedo recomendar es usar lo menos posible el flash o hacerlo con mucho cuidado porque no queremos rostros planos por un chorro de luz descontrolado. Y para acabar, al próximo que le toque hacer de fotógrafo...¡suerte!

Fotos: Léonard Cohade

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